Liz
Venezuela
Aborto
Soy de Venezuela, mi historia es la siguiente: al igual que muchas chicas jóvenes y precoces, inicié mi vida sexual a los 16 años. No sé por qué razón no salí embarazada desde esa edad y eso que era irresponsable con aquello de los métodos anticonceptivos. Sin embargo, el novio que tenía se preocupaba por cuidarme, a él sólo le interesaba el sexo. Al poco tiempo me dí cuenta que yo era su juego, su pasatiempo. Al año conocí a un ser muy bueno y aunque yo sólo tenía 17 años y él tenía 32, eramos muy unidos, fue el único hombre que me valoró por lo que era y no por ser una joven mujer que le podía ofrecer buenas noches en compañía Al año nos pusimos a vivir y a los 4 meses ya estaba en estado. En ese tiempo descubrí quién era él en realidad. Había culminado mi bachillerato y estaba en planes de entrar a la universidad, lo primero que pensé, fue en el aborto. Tenía una amiga que ya con 17 años había tenido 3 abortos. Lloraba mucho, me sentía fracasada. Luego mi mamá me dio una franelillita que fue mía cuando sólo era una bebé de días de nacida, me dijo que la había guardado con la esperanza de ver a su primer nieto llevándola puesta. Una tarde fuí a ciber-café, me metí en Internet y encontré una página en la que me mostraban cómo era el bebé con un mes en el vientre, sólo en ese momento comprendí que el aborto no era ni será nunca para mí. Hoy mi hija tiene 3 años, es hermosa e inteligente. Yo conseguí entrar a la universidad estando embarazada, ya me faltan 2 años para ser Licenciada y gracias a ella mi vida tiene sentido, por ella me levanto todos los días a trabajar y si estoy muy cansada al salir en la tarde, veo su foto en mi cuaderno y me siento renovada para ir a la universidad en horas de la noche. Trabajar y estudiar es algo muy bonito que pensé nunca poder realizar, pero lo mejor de todo es que cuando llego a casa hay un ser maravilloso que me espera y me dice "Mami, bendición, te amo". Simplemente, a veces pensamos que una situación temporal acabará nuestras vidas, pero no nos damos cuenta que lo mejor es lo que pasa, de ahí aprendemos. Hoy puedo decir con seguridad que mi vida es vida desde que está a mi lado mi hija.